Gotas
- Matías Alba
- 31 may 2018
- 1 Min. de lectura

Caen, inmensas, pesadas.
No se detienen aunque lo deseen.
La piel se baña en un manto de sentimientos profundos.
Son continuas. Innumerables.
No dejan de observar el encendido de la luz ni la bienvenida de la luna.
No se evapora una que ya cae otra, sin resistencia.
Y sin pedir permiso continúan por ese rumbo, con la caprichosa rutina que hoy eligieron.
El deseo es que cesen, pero ellas, tozudas, decidieron volar.
Cada vez son más gigantes; contienen un pasado e historias cargadas de emociones rocosas.
Y caen, intensas, desmesuradas.
Se derrumban y desprenden, constantemente, ya que eso fue lo que decidieron en estas horas de melancolía y dolor.
Nadie y nada harán que terminen con su interminable viaje a infinitos pensamientos y postales.
Así son ellas y no hay milagro que hoy las redoble. Es inútil esperar que se ahuyenten en este tiempo, donde las flores están marchitas y el sol pareciera que se durmió para siempre.

Comentários