Mujer
- Matías Alba
- 7 mar 2018
- 2 Min. de lectura


Afortunadamente, tengo varios ejemplos para dedicarles unos párrafos en este día especial, sin embargo, voy a optar por alguien más que representativa, peculiar y única; que transporta muy correctamente el estandarte de "mujer" por dónde vaya.
Me refiero a una leona convertida en humana y un verdadero ejemplo de lucha y tenacidad: esa (gracias a Dios) es Aldana, mi hermana mayor.
De muy joven la vida quiso que, a los golpes, la adolescente se vista de guerrera. Y ella, sin ponerse colorada, no tuvo inconveniente de desenfundar la espada, sujetar el escudo y salir a enfrentar a todo y todos los que se le opongan por delante.
¿Existieron miedos y dudas? ¿Tropezó algunas veces? Obvio que sí. Pero sirvió para sacudirse las ropas, tratar de ahuyentar cualquier pánico y continuar para delante, por ese camino que ella misma se había trazado.
Aldy es un ejemplo de madre, trabajadora y les aseguro que de hermana-amiga. De pocas palabras y humor cambiante, siempre se puede contar con ella y su sola presencia -en mi caso particular- les aseguro que me modifica las acciones que esté realizando: cenar en familia, pasear, compartir un cumpleaños o ir a alentar a nuestra querida "Academia". Junto a ella, todo es diferente.
Cuando hablo de Aldana con alguien de mi entorno, se me infla el pecho y mi orgullo viaja hasta por las nubes. Y como si todo esto fuera poco, encima vale recordar que me convirtió en tío y padrino por primera vez. Esa hermosa responsabilidad que me confió hace ya 19 años.
Simplemente, a esta "leona" sólo puedo decirle gracias por todo. Les aseguro que amo tanto abrazarla, ayudarla en lo que pueda o posee a mi alcance y que su apoyo fue y es fundamental para mi cuerpo y alma. Su palmada en la espalda fue el empujón en los momentos de tormenta y sus palabras -siempre concisas y precisas- fueron los nuevos amaneceres para mis días.
Dicen por ahí que los superhéroes son sólo personajes de historietas, sin embargo, lamento informar que se equivocan; y mucho. Como dijo alguna vez mi otro hermano Hernán, a Aldana sólo le falta volar, porque después tiene todos los súperpoderes que cualquier "mujer de acero" demuestra en alguna película o tira de cómics.
Por todo esto y mucho más, levanto mi copa y exclamo a los cuatro vientos: ¡salúd gran mujer! Muy feliz día y brindo eternamente por todo lo que superaste, lograste y lo que seguramente lo bueno que vendrá.
Te amo y admiro muchísimo hermanita y te aseguro que dejas muy bien parado al género, o mejor dicho, a ambos sexos, porque "los huevos" que tenés tampoco lo posee cualquier hombre.


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