Vulnerable
- Matías Alba
- 21 feb 2018
- 1 Min. de lectura

No existe resistencia.
Tu aroma lo logra. Tu piel lo permite. Tu cuerpo lo concreta.
No importa cuál es el propósito de mi mente, apenas me reencuentro en tus brazos, todo se esfuma. Todo vuelve a comenzar.
Ahí, ya juntos, mi única meta es dirigirme al paraíso terrenal.
¿Comodidad? Puede ser, pero que hermoso qué es.
¡Qué bien me hace! ¡Qué bien me siento!
Lo lograste desde la primera vez, desde que observé esos ojos, acompañados de esa sonrisa y andar.
Lo ganaste desde el primer diálogo, cuando permitiste compartir parte de tus aventuras conmigo. Desde ese brindis que abría una puerta inmensa, mágica, a sitios impensados e inexplicables.
No sé si será un capricho o una necesidad. Y la verdad, no me interesa saberlo.
Lo único real es que sin tu boca no puedo proseguir y que sin tu piel pierdo la alegría.
Y simplemente que sin vos, me muero.

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