Abandono
- Matías Alba
- 26 jul 2017
- 1 Min. de lectura

Me abandonó.
Me dejó tirado, como un trozo de papel reposado sobre la vereda.
No le importaron mis sentimientos; ignoró totalmente el destrozo de mi alma.
No pensó en el resquebrajamiento de mi corazón.
Así, mi vida llegó a su fin.
Ya no hay sentidos para mis pasos.
La tormenta se adueñó de mis fantasías.
Sólo lágrimas cargadas de dolor son ahora mi única compañía.
Mis sueños se esfumaron para darle paso a las pesadillas, las cuales son el constante tormento de mis descansos.
Ya no tengo fuerzas, te las llevaste todas.
La oscuridad es la protagonista de mis días y la alcoba mi único sostén.
No me queda nada, sólo un cuerpo golpeado y maltrecho por las injusticias de la vida.
No le encuentro sentido a nada. Aunque lo intente es inútil.
Estoy ahogado en esta pena. Los recuerdos son como una roca atada a mi cintura, que me empuja a lo más profundo del dolor.

Ya está. Hasta acá llegué. Hasta acá llegó el camino.
Mi respiración se acorta y mi ser se apaga.
Me voy abandonado. Solo. Destrozado.
El viento se ocupará de esparcir mis pedazos y, tal vez, el destino nos unirá.
Pero ya será tarde.
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