Diferencias
- Matías Alba
- 8 may 2017
- 1 Min. de lectura

Sólo las miradas se cruzaban. No existían diferencias. La atracción galopaba como potros feroces. El deseo era urgente. Semejante cruces de mentes y vistazos no podía pasar desapercibido. Pero ahora, en el alba del encuentro, sí existían diferencias. Diversas. Varias. Desparejas. No obstante, la pasión vence a todo. Arrasa. ¿Pero no era el amor el que lograba eso? Puede ser. O ambos. ¡O directamente juntos que se transforman en uno! Como dos cuerpos cuando se unen, se penetran, se fusionan. Y eso sucedió. La atracción, la pasión y el amor (en ese orden) lo lograron. No se sabe dónde quedaron. Dónde se depositaron. Dónde fueron a parar. Las diferencias son sólo destellos que a veces se traen a tierra para realizar alguna mueca de sonrisa. Quedaron afuera del podio de la vida. De esas vidas. Los triunfadores fueron los que esos corazones necesitaban y permitieron. Los que esos corazones exigían a gritos. Entonces se esfumaron. Fueron despedidas. Se ahuyentaron. Sólo quedaron los primeros eslabones de esa cadena dibujada y pintada con pétalos y poesías. Y se enredaron en ella, perdiéndose en la atracción, en la pasión y el amor. Obvio, en ese orden.

Comentarios